Ciudadanía global
Mujeres y hombres para una ciudadanía global
Un desafío de las escuelas de la Compañía de Jesús en el siglo XXI
La Ciudadanía Global puede ser un término relativamente nuevo, pero la aspiración de educar en una dimensión global haciendo del mundo la casa de todos hunde sus raíces en la propia experiencia de San Ignacio y sus primeros compañeros. Desde los comienzos, la Compañía de Jesús se aventuró a cualquier lugar del mundo con la esperanza de llevar la Buena Noticia. Se encontraron con culturas y personas que enriquecieron y ampliaron la propia experiencia de la Compañía y de todos aquellos que forman parte de la misma.
Durante estos 500 años, la educación jesuita nunca ha abandonado la pretensión de formar personas capaces de trabajar en todo tipo de fronteras con el ánimo de diluirlas, tender puentes y evitar separaciones y discriminaciones.
En los últimos 50 años, la misión de la Compañía se ha ido matizando y ampliando para servir mejor a los desafíos y requerimientos del mundo en cada momento. Así pues, buscar que nuestros centros eduquen en la Ciudadanía Global es sumarse a esta larga tradición de servicio, fe y justicia, diálogo, reconciliación y frontera. Con esto, se pretende hacer de los colegios un lugar privilegiado para formar a esos hombres y mujeres para los demás.
La meta que buscamos es garantizar los derechos humanos en un mundo globalizado, mercantilizado, con una desigualdad creciente y una cultura digital aparentemente omnipresente.
Partiendo de que el motor de la Ciudadanía Global es la búsqueda de un bien común, tenemos la convicción de que a través de la educación es como mejor y más eficazmente podemos construir Ciudadanía Global.
Con la inspiración de la Visión Ignaciana (la reconciliación con Dios, con la Creación y con la Humanidad), un ciudadano global es alguien capaz de comprender en profundidad la red de interdependencias que conforman nuestro mundo y de asumir su propio lugar en esta realidad global. Se siente parte y corresponsable de la familia humana y del ecosistema de nuestro planeta. Busca ser agente de cambio y transformación y sus acciones se dirigen a construir un mundo más justo y equitativo, en solidaridad y colaboración con las demás personas, promoviendo un desarrollo humano y sostenible en su hacer cotidiano.
Con esta ilusión nuestro colegio San Francisco Javier se une a este desafío y aspira a conseguir que su alumnado salga del colegio con el reto de transformar la sociedad y conseguir un mundo mejor.